Farewell

Gracias. Gracias querido amigo. Gracias por los años compartidos, gracias por tu compañía, en los buenos momentos y en los malos. Gracias por darme calor en invierno, gracias por ser como eras, jamás podría haberte compensado. Creo que hice lo que pude al final, cuando te ibas, cuando ya nada quedaba por hacer sino sostenerte y desear que no te fueras, nada sino ver como, en mis brazos, poco a poco se apagaba el brillo de tus ojos, como se escapaba la vida, hacia ese otro lado donde espero que nos reunamos alguna vez, tú, tu hermano, Tizón, reunidos de nuevo, como una vez estuvimos. Aún no he conseguido despedirme del todo, tu presencia es demasiado cercana, aún me parece escucharte por la casa, a veces creo verte con el rabillo del ojo. Falsas ilusiones, ya no te subirás de un salto a mi cama, no me frotarás la cabeza contra la mejilla. Lo pasamos bien, al menos. Pero a ver que hago yo ahora, solo como me has dejado. Te extraño, y no creo que jamás te olvide, has sido el mejor amigo, el más leal, aquél al que siempre podía recurrir. Adiós. Adiós. Adiós. Ojalá estés realmente en un lugar mejor. Para mí estarás siempre en mis brazos, como en los últimos momentos.