Hoy he andado por un mundo sin dioses. He contemplado ciudades humeantes, envueltas en largos velos de lluvia. En este mundo, el poder está tan descontrolado, que lo siento latir. Mi más ligero pensamiento se convierte en realidad. Me mantengo esencialmente intangible, para no dañar el precario equilibrio que hay aquí.
Es un mundo dominado por hombres muy parecidos a mí. Es muy probable que tengan poder, pero creo que han olvidado cómo usarlo. Se nota esa ausencia. Los hombres parecen angustiados, no conscientes de lo que han perdido, pero conscientes de haber perdido algo.
Consideré por unos instantes el devolverles la memoria, pero lo desestimé. Creo que llevan tanto tiempo sin él que no sabrían usarlo de forma responsable. Probablemente significaría la destrucción de su mundo. Además, ellos han sustituido el verdadero poder por la ciencia. Doblegan la naturaleza y realizan prodigios usando las leyes naturales. Eso es en sí mismo otra forma de poder.
Dejaré a los desposeídos tal como están.