Nueva actualización, aunque no lo parezca.

Pues acabo de actualizar, terminando un borrador que tenía desde febrero. El problema es que lo ha publicado en la pestaña de febrero y no se cómo moverlo. Si a alguien le interesa se titula Lord y está en la pestaña de febrero.

Mundo Muerto, parte 3

Llegamos hasta la moto. Eso en sí ya fue una hazaña, teniendo en cuenta la situación, que no había sabido prever y que había terminado por estallarme en la cara. Pero ¿Cómo iba yo a saber que en el único supermercado de la zona habría una chavalina con un arma de fuego? En fin, que subimos a la moto y nos dispusimos a irnos, pero de la ciudad salían hordas de esos tipos, y yo no me sentía muy inclinado a volver sobre mis pasos, así que dudé un momento y la cosa se jodió todavía más. La chica se puso nerviosa o algo así, y disparó otra vez. Casi al instante oí ruidos detrás de nosotros. Dentro de la gasolinera había más, y el ruido les debía haber llamado la atención. Cada vez más rodeados, como en los viejos tiempos, cuando nadie estaba preparado y las cosas estas eran una novedad inesperada.

Sin otra opción, volví a la carretera de la que había venido y me alejé lo más deprisa que pude. La chica iba delante, y yo la tapaba con mi cuerpo, impidiendo además que siguiera disparando inútilmente. A los veinte o treinta kilómetros de la ciudad paré el motor. Bajé de la moto y me encendí un cigarrillo. Ya casi no me quedaban, y con el numerito de hacía una hora se me había olvidado coger más. Con el mechero todavía en la mano me volví hacia ella.
-Supongo que no hace falta que te diga que lo que has hecho ha sido una gilipollez del mayor calibre posible, ¿Verdad?
Giró la cabeza hacia mí con los ojos muy abiertos. Despacio, como a cámara lenta, frunció el ceño y abrió la boca para gritar.
-¿QUÉ? ¡Si no fuera por mi te hubieran matado!- La indignación estaba haciendo que se pusiera roja, de una forma tan infantil como encantadora.- Para que lo sepas, te he salvado la vida ahí atrás.
Fue muy descortés, lo admito, pero no pude aguantar las sarcásticas carcajadas que me brotaron al oír eso ni la mordaz contestación.
-Oooh, es cierto, perdóneme, Teniente, había olvidado que la mejor estrategia a seguir era de la de gritar aterrorizado y disparar a discreción, ¡Atrayendo a todos los hostiles de la zona a ser posible! Es verdad que estoy hecho un zoquete.- Me puse serio- Que sepas que la próxima vez que hagas eso te golpearé con la culata de mi pistola y te dejaré sin sentido y a su merced, ¿Te parece?
Reconozco que me encantó ver como se ponía roja como un tomate y abría y cerraba la boca como un pececillo enfadado. Cuando le volvió la voz estuvo gritándome un buen rato, aunque yo ya había desconectado en previsión. Arranqué la moto y aceleré con el freno puesto, y dejé que el rugido del motor ahogara sus palabras, mientras hacía gestos de que no oía nada. Suena infantil y lo fue, pero me divertí mucho. Cuando paró a tomar aire le tapé la boca con la mano, la amordacé con un trapo y le até las manos.
-Te voy a subir a la moto y los dos nos vamos a ir de aquí. Iremos a un refugio que conozco por aquí cerca y charlaremos tranquilamente. Si tienes alguna objeción dilo...
Intentó decir algo pero la mordaza se lo impedía.
-Ya imaginaba que no tendrías nada que decir.
Arranqué y nos dirigimos a las montañas.

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A partir de ahora y hasta nueva orden las actualizaciones serán los domingos y los jueves. Si algún día me da por actualizar y no es ni domingo ni jueves actualizaré igual, que para algo es mi blog.

Mundo muerto, parte 2

El sol aún no había terminado de salir cuando llegué a la ciudad. Aún tenía muchas horas de luz por delante, y eso me beneficiaba enormemente. Vi una gasolinera a un lado de la carretera. Probé el primer surtidor, pero estaba vacío. En el segundo todavía había algo de combustible. Llené la lata que llevaba en la moto y la guardé otra vez. Llené también el depósito, por precaución. Dejé la moto allí: mejor no hacer ruido. Cogí la escopeta y me puse a caminar por la calle. Por todas partes la destrucción era clara. Algunos edificios se mantenían en pie, pero la mayoría habían sido reducidos a escombros. La guerra fue dura, pero lo que vino después fue peor. En un principio todo se redujo a conflictos periféricos, guerras financiadas en Oriente Medio y África, pero un día, todo estalló. Las atómicas arrasaron la mayor parte de los países desarrollados, y de la noche a la mañana ya no quedó nada. Yo era muy pequeño por aquel entonces, tendría apenas diez años, y lo único que recuerdo de la Guerra que Acabó con las Guerras fue el esconderme con mi madre en un gran complejo subterráneo.

Mientras avanzaba por la ciudad desierta empecé a oír ruidos en los edificios de alrededor. Arrastrar de pasos, roce de ropas, alguna palabra inconexa. Vi un pequeño supermercado, uno de los muchos negocios que habían intentado prosperar después de la destrucción, y que, como todos, había fracasado. Avancé con paso rápido hasta estar dentro. Una vez allí miré por los cristales de la puerta. Nadie me seguía. Bien. Cogí lo primero que vi, unas salchichas y una bolsa de patatas fritas. Me metí en los bolsillos unas cuantas latas de judías, el alimento que me había acompañado casi desde que salí del refugio. De pronto un brillo dorado captó mi atención. Una botella de whisky reflejaba los rayos de sol en un estante. La cogí y me la metí en la gabardina. Oí un ruido en la puerta y me giré, metiendo algo desconocido en mi bolsa. Allí había una jovencita como de unos 17 años, sosteniendo de forma insegura un viejo revólver.
-¿Quién eres tú?-preguntó-¡Vete de aquí!
-Menos mal-contesté aliviado- Pensé que eras uno de ellos. Ven conmigo, te sacaré de aquí. Tengo una moto...
-¿Una moto?-el tono de anhelo en su voz me dijo que estaba desesperada- ¿Está muy lejos?
-Menos de cinco kilómetros. Si nos damos prisa estaremos en camino antes de la tarde. No te preocupes, no nos encontrarán. Llevo...
En ese momento un golpe contra el cristal nos sorprendió. Uno de ellos estaba intentando entrar. La chica se asustó y disparó. El cuerpo cayó al suelo con un estrépito de cristales rotos.
-¿QUÉ HAS HECHO?-grité- ¡AHORA VENDRÁN TODOS AQUÍ!
La chica parecía al borde de las lágrimas. Para tranquilizarla le dije que no pasaba nada, que no nos cogerían. La agarré por el brazo y la arrastré hasta la puerta. Las calles se estaban empezando a llenar de curiosos hambrientos. Empecé a correr en dirección a la salida de la ciudad tirando de su brazo. Entonces pareció reaccionar y se puso a correr. Así, corrimos juntos hacia la gasolinera, perseguidos por la horda furiosa y sanguinaria.


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Voilá, parte 2. Espero que os guste y que os vayáis enganchando (yo mismo estoy ahora muy enganchado). No cambien de canal, en el próximo episodio habrá GRANDES REVELACIONES

Mundo muerto, parte 1

Sentí el viento cortante en la cara nada más arrancar la moto. El polvo y la arena del desierto se me metía en los ojos y me dificultaban mucho la visión. Saqué mis gafas de sol del bolsillo y paré un instante. Miré hacia atrás a través de los cristales oscuros y sucios. No parecía que me siguieran. Arranqué de nuevo y seguí por la larga carretera. Durante una media hora no ocurrió nada particular, pero de pronto vi un cartel medio caído a un lado de la carretera: "20 km a ----"La última palabra estaba ilegible, pero eso no cambiaba nada. Había una ciudad cerca, y las ciudades eran una bendición y una maldición al mismo tiempo. Si pasaba por allí podría encontrar comida y quizá gasolina, pero el peligro de que me atrapasen era también mucho mayor, más aún con el ruido que hacía mi moto. Palpé la gabardina para asegurarme de que todo seguía en su sitio: la munición, el revólver y el cuchillo. Noté algo extraño y lo saqué. Ni más ni menos que mi viejo móvil. Llevábamos unos dos años sin poder usar los móviles, así que lo tiré. Sin embargo, al verlo ahí tirado, lleno de polvo del camino, sentí como si fuera lo único que me atara de algún modo a mi pasado. Lo recogí, soplé el polvo y lo volví a guardar. Comprobé el nivel de gasolina y el estado de la escopeta. Con todo en orden, me dispuse a pasar por la ciudad.

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Sí, ya se que llevo siglos sin actualizar, pero voy a ver si me pongo a escribir regularmente, por lo menos hasta acabar con este arco.

P.D. Esto no tiene nada que ver con la anterior entrada, no dejéis que el nombre os confunda.