The show must go on!

Hay veces en la vida en la que parece que el viento sopla muy en contra. Ya sabréis a que me refiero, esos días en los que el Universo se dispone a joderte. Esos días en los que alternas entre la depresión suicida y las ganas de asesinar al primero que se cruce. Días oscuros, en los que todo parece peor que ayer, en los que hasta la hierba parece menos fresca, el sol menos brillante y los pájaros más silenciosos.

Es, sin embargo, en estos días en los que los verdaderos luchadores destacan. Cuando todo se pone en contra, el luchador no se desanima. Cuando besa la lona, el luchador no piensa en la derrota, piensa en levantarse y darlo todo por llegar a la victoria. El luchador no siempre nace, también se hace. Se hace con constancia, no dejando que nos amilanen los obstáculos, no desfalleciendo. Sí, uno se puede convertir en un luchador. Todos lo llevamos dentro. Así que la próxima vez que caigas no esperes a que nadie te recoja ni te quedes mirando el suelo, da la vuelta y mira al cielo, agárralo con las manos, con los dientes, atrápalo, no lo dejes escapar y tira para ponerte en pie. A un luchador no hay quien le gane. Seamos luchadores, luchemos día a día.

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