Líneas en la arena
Un niño pasea por la playa con su perro,dejando sus huellas en la arena mojada. El niño inunda el aire con sus risas jóvenes y despreocupadas. Al cabo de un rato coge un palo y empieza a trazar dibujos en la arena. Dibuja un par de monigotes y después intenta dibujar a su perro. Se ríe de su resultado, y más aún cuando el perro se acerca y contempla su retrato. El niño lanza el palo y el perro lo persigue incansable. De pronto, el niño lanza con demasiada fuerza y el palo pasa por encima de unas rocas. Aun así, el perro, un joven animal de pelo lustroso y negro, corre mojándose las patas para recuperarlo. Sin embargo,esta vez no regresa. Al principio el chico llama a su amigo entre carcajadas, y trota hacia las rocas. Poco a poco el jovencito empieza a asustarse, y llama al perro con más insistencia. Al llegar al otro lado de las rocas se encuentra a su amigo, ileso pero inmóvil, frente a una enorme placa de granito. El chico se acerca a mirarla. Al principio cree que se trata de una broma, pero cuando termina de leer se convence, está convencido de haber encontrado la prueba de la existencia de Dios, el Dios del que ha oído hablar a sus padres, a los poetas y a casi todo el mundo. El creador de su mundo existe, y su firma, pequeña en el ancho mundo, se encuentra allí, en esa playa que no volverá a ver jamás, que rehuirá sus esfuerzos por encontrarla, esa playita errante, que ira vagando por el mundo, enseñando su silencioso mensaje a todos por igual, jamás dos veces en un mismo sitio.
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Consigues que me imagine esa playa y sienta lo que siente el niño.
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